Evaluación de la lateralidad.
La
última semana de prácticas los alumnos de mi clase de Educación Infantil fueron
sometidos a una evaluación de la lateralidad, a la que tuve la oportunidad de
asistir para ver en qué consistía, ya que nunca había acudido a ninguna.
La
evaluación era de forma individual, y evaluaban al alumno del ojo, de la mano y
del pie.
Primero,
les pedían que escribiesen su nombre en un papel para ver con qué mano
escribían, y también se les pedía que, si sabían alguno, escribiesen el nombre
de algún compañero o compañera de clase o de sus padres.
Después,
con un catalejo, les pedían que observaran qué veían a través de él, para
comprobar a través de qué ojo miraban, algunos lo hacían a través de los dos,
pero siempre se orientaban primero hacia uno.
Y,
por último, se les pedía que dieran una patada a una pelota para ver con qué
pie la lanzaban.
De
esta forma, comprobaban si eran zurdos o diestros, si aún no se habían definido,
aunque se orientasen más por uno que por otro, si a la hora de escribir
inclinaban la cabeza para un lado; también se realiza para prevenir y alertar
si es necesario acudir a un oculista.
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